Todos estamos acostumbrados a la imagen de la foca que aplaude en un centro de atracciones cada vez que su entrenador se lo solicita. La gracia del animal es, por lo general, recompensada con un poco de pescado. Esta idea de la foca servil que todo lo aplaude pasó a ser usada, más que nada en las redes sociales, por los opositores a los gobiernos de los Kirchner en Argentina y del Frente Amplio en Uruguay como burla a lo que, según ellos, es una postura acrítica respecto de cualquier acción llevada a cabo por los gobernantes de turno. Un estudio dado a conocer recientemente demuestra que, al menos en el caso de las focas grises (Halichoerus grypus), aplaudir no es una gracia de un animal adoctrinado, sino una forma de comunicarse.

Publicado recientemente en la revista Marine Mammal Science (2020), bajo el título “Percussive Underwater Signaling in Wild Gray Seals”, el trabajo liderado por David Hocking, de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad Monash de Australia, viene a socavar la imagen de la foca que aplaude de forma complaciente. “Aquí reportamos un nuevo tipo de señalización de percusión en focas grises salvajes (Halichoerus grypus), que demuestra que los comportamientos auditivos no vocales también pueden producirse completamente bajo el agua”, sostienen.

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