Supervivencia al límite
Breve reseña de “Nowhere” dirigida por Albert Pintó
Por Ana Margarita Pérez Salceda
El pasado sábado mientras rebuscaba en la plataforma de Netflix una película que cautivara mi total atención, encontré una recién estrenada que resultó ser un tiro certero en mi selección. La película titulada “Nowhere” dirigida por Albert Pintó y la producción de Miguel Ruz, nos regala un filme de 1hora 49 minutos de tensión y adrenalina que ocasiona en el público un enganche total hasta el final de la misma, así como también una escenografía muy bien ambientada e impactante a los ojos de cualquier espectador.
El instinto de supervivencia del ser humano será siempre el de conservar la vida por encima de toda marea revuelta. Y en este filme la marea que enfrenta Mia (Ana castillo) no es una marea cualquiera. Establezco la comparación con el mar porque justo en él se desarrolla la trama. En un país con un gobierno dictatorial y cargado de violencia, marido y mujer deciden escapar de esa realidad en un contenedor junto a otros seres humanos.
Como muchas veces sucede en la vida, aparecen determinados imprevistos y Nico el marido (Tamar Nova) es trasladado a otro contenedor por lo que Mia su esposa (Ana Castillo) deberá enfrentarse a un sinsabor de situaciones que en todo momento la hacen luchar por salvar su vida y la de la criatura que lleva en su vientre. Y si, esta mujer embarazada y a término sobrevive escondida dentro de una caja de madera a un tiroteo en el que mueren todos los que como ella iban en el contenedor.
Tras un largo recorrido el contenedor va a parar al mar en un barco y por razones climatológicas una tormenta les asecha y cae al mar. Comienza a entrarle agua y a Mia (Ana Castillo) le inician los dolores del parto. Y en el medio del océano, da a luz a su hija, a quien nombra Noa como Nico (Tamar Nova) quería.
Y es justo a partir de ese instante de la película, donde el espíritu de supervivencia de Mia (Ana Castillo) se vuelve imparable. La reflexión ante cada escena nos hace palpar el deseo de elegir vivir aún cuando todo se torna gris y no vemos la salida. Justo ahí cuando nos aferramos hacer posible lo imposible, Dios regala la fuerza y la voluntad de conquistar la victoria más costosa. Que seamos capaces de agradecer cada día el don de la vida, que elijamos siempre vivirla más allá de las adversidades del dolor. Que no seamos lo que nos pasó, sino lo que elegimos ser.
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