Con la exclamación de “¡Gloria eterna al insigne general Ramón Matías Mella!”, la Academia Dominicana de la Historia recordó que este sábado 25 de febrero de cumple el 207 aniversario del natalicio del héroe de dos gestas gloriosas de la historia dominicana: la proclamación de la República y la guerra restauradora.
En un comunicado, dijo que, el trabucazo de Mella durante la memorable noche del 27 de febrero de 1844, fue la señal convenida entre los comprometidos con la causa revolucionaria para entonces llevar a cabo el pronunciamiento en la puerta del Conde.
“La grandeza y el heroísmo de Ramón Matías Mella obedecen a hechos de mayor trascendencia como su lealtad a Duarte y al ideal trinitario; sus firmes convicciones nacionalistas e independentistas, primero en el proceso de proclamación de la independencia de 1844; luego durante la guerra domínico-haitiana, 1844-1856; y finalmente por su resonante papel en la guerra de la restauración de la República, 1863-1865”, manifestó.
Recordó que, en virtud de tan brillante trayectoria pública al servicio de la patria, la posteridad agradecida lo exaltó a la categoría de héroe nacional, al tiempo que le reservó el título más sublime que puede ostentar un ciudadano eminente “el de fundador de una nación y Padre de la Patria”, integrando así -junto a Sánchez y Duarte- la tríada inmortal de los trinitarios.
Vida y obra de Mella
Nacido en Santo Domingo el 25 de febrero de 1816, Matías Ramón Mella y Castillo, militar y revolucionario, descolló como un hombre fundamental en los momentos determinantes de las refriegas independentistas.
Aunque no formó parte del grupo de los fundadores de la sociedad secreta La Trinitaria, se convirtió en uno de los más destacados colaboradores de Juan Pablo Duarte.
El patriota desempeñó un papel fundamental la noche del 27 de Febrero de 1844, cuando hizo el disparo que anunciaba el nacimiento de la República, señal convenida de antemano por los patriotas. Entonces tenía 28 años.
Previamente, firmó el manifiesto del 16 de enero de 1844, llamado también acta de separación.
En la etapa previa a la declaración de independencia, Juan Pablo Duarte le hizo importantes encomiendas a Mella, quien viajó a Les Cayes, Haití, para hacer una alianza entre los trinitarios y los reformistas haitianos, que buscaban derrocar al presidente Jean Pierre Boyer, finalmente depuesto en marzo de 1843.
Después de que los haitianos se retiraron, proclamó a Duarte presidente de la República, para evitar que ocupara el poder alguno de los llamados afrancesados, partidarios del colonialismo, por lo cual fue expatriado por Pedro Santana hacia Europa. Luego se estableció en Puerto Rico y no volvió al país hasta 1848.
A su regreso, se sumó a las luchas entre las facciones conservadoras y respaldó a Santana, con el que rompió relaciones posteriormente, entre otras razones, debido al interés del caudillo de que se produjera la anexión a España. El nacionalismo del prócer se reafirmó cuando apoyó a los restauradores en 1861.
Murió en Santiago, el 4 de junio de 1864, en plena guerra restauradora. Era vicepresidente de la República en armas y ministro de la Guerra.
Mientras laboraba a favor de la independencia, Mella fue hecho prisionero en Cotuí por el general Charles Rivière-Hérard y puesto en libertad a finales del 1843. Luego de la proclamación de la independencia, organizó la región cibaeña para oponerse a los posibles ataques haitianos y partió hacia el sur para incorporarse a los combatientes.
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